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Los drones ‘made in EE UU’ rebotan en Wall Street hasta un 12% gracias a las medidas de Trump contra China

Una batería de órdenes ejecutivas de la Casa Blanca busca reactivar la producción de estos aparatos alegando motivos de seguridad nacional

Dron Nueva Jersey
Juan Pablo Quintero

El mercado no tiene ideología ni lealtades y así lo ha demostrado con Donald Trump. En esta ocasión, la firma del presidente de EE UU le ha dado alas a la industria de drones, pues suscribió el viernes unas órdenes ejecutivas llamadas a “desatar el dominio estadounidense” en estos aparatos, con los que Washington pretende inyectar músculo al sector para hacer frente al dominio de China. Wall Street ha recibido con gusto el anuncio y las compañías con exposición directa al sector suben con fuerza en Bolsa. Empresas como Joby Aviation o Vertical Aerospace avanzaron más del 13% en Nueva York. También vieron alzas Blade Air Mobility, que subió el 11,6%, y Archer Aviation, que se anotó un 10,5%.

El sector esperaba un viento de cola regulatorio. Para Lisa Ellman, directora ejecutiva de la patronal de drones de EE UU (Alianza Comercial de Drones), se trata de “medidas que se deberían haber tomado hace mucho tiempo”. Las ordenanzas firmadas por Trump buscan reactivar la industria con una estrategia que mezcla impulso tecnológico, seguridad nacional y proteccionismo industrial. Así, se ordena a la Administración Federal de Aviación (FAA) permitir vuelos de drones más allá del alcance visual del operador, antes prohibido, lo que abre la puerta a operaciones comerciales y de emergencia a gran escala. También lanza un programa piloto para integrar aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL); exige una hoja de ruta actualizada para la integración de drones civiles en el espacio aéreo; y exhorta a incorporar inteligencia artificial para agilizar trámites regulatorios.

Las compañías beneficiadas este lunes en los mercados son de pequeña y mediana capitalización. La más grande es Joby Aviation, con una valoración por encima de los 7.000 millones de dólares. Aun así, la compañía cerró 2024 con ingresos testimoniales: 136.000 dólares, una caída del 87% respecto al año anterior. A Joby la sigue Archer Aviation, con una capitalización de mercado de poco más de 6.000 millones de dólares. Esta última aún no genera ingresos, pero gasta mucho dinero desarrollando una aeronave eléctrica. En 2023 (últimos resultados anuales disponibles) perdió 457,9 millones de dólares, y solo en el primer trimestre de 2025 gastó 144 millones más en operaciones, con un resultado ebitda negativo para el primer trimestre de este año. A pesar de estas cifras, su situación financiera no es crítica: tiene más de 1.000 millones de dólares en caja.

Vertical Aerospace tiene su sede en Reino Unido, pero cotiza en Nueva York. Su capitalización de mercado es de 500 millones de dólares y el grupo cerró 2024 con pérdidas de 781 millones de libras, un descenso del 1.203% respecto al año anterior, cuando perdió 60 millones de libras. La lista la cierra Blade Air Mobility, la única con ingresos operativos significativos. Su capitalización bursátil ronda los 337 millones de dólares y facturó 248,7 millones de dólares en 2024. Para este año prevé una facturación que oscile entre los 245 y 265 millones, según su informe de resultados.

El consenso de analistas que recoge Bloomberg ve potencial de retorno a casi todas, excepto a Joby Aviation. Además, los analistas han recortado a la baja las previsiones de facturación de las cuatro compañías para los ejercicios fiscales de 2025 y 2026, reflejando un deterioro generalizado en las expectativas de rentabilidad. Por tanto, están por verse los impactos reales de este nuevo movimiento de la Casa Blanca.

En China, mientras tanto, el sector no se da por aludido. La cotización de un grande de los drones como Autel esquivó el miedo y cerró este lunes en verde por encima del 1,5% en Shanghái. El índice chino de tecnología, Hang Seng Tech, subió el 2,6% este lunes, y consolida su posición en el sector de la innovación y la tecnología en plena guerra entre las dos potencias económicas del planeta. El sectorial tecnológico del gigante asiático avanza más del 21% en el año, mientras que su contraparte estadounidense, el Nasdaq, logra solo un 1,5%; muy castigada por los vaivenes comerciales de Trump.

La nueva orden de la Casa Blanca también le pide al secretario de Comercio que promueva las exportaciones de drones fabricados en EE UU, y da instrucciones a las agencias federales para que prioricen su adquisición, en un movimiento por intentar reducirle cuota a China, que hoy domina el mercado global de drones con marcas como DJI (que no cotiza en Bolsa). A todo esto se suma una medida que ha pasado más desapercibida, pero que apunta alto: la derogación de las restricciones que impedían los vuelos comerciales con velocidades superiores a las del sonido.

Con ello, argumenta el documento, buscan recuperar el liderazgo en aviación de alta velocidad y abrir la puerta a una nueva generación de aeronaves capaces de cruzar el país en cuestión de horas. La Casa Blanca lleva años advirtiendo de los riesgos que supone utilizar drones fabricados por empresas chinas, especialmente en instalaciones militares o en eventos multitudinarios, como los que se avecinan: el Mundial de fútbol de 2026 o los Juegos Olímpicos de 2028. La Administración también acusa el uso de estos aparatos para traficar drogas a través de las fronteras.

Sobre la firma

Juan Pablo Quintero
Colombiano (1997). De Bogotá, con raíces caleñas. Psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana con experiencia en el sector de la pequeña y mediana empresa. Redactor en la sección de Economía de EL PAÍS-Cinco Días, donde cubre noticias de Mercados Financieros. Lector asiduo de Platón y Bécquer en los tiempos libres. Cursa el Máster UAM-EL PAÍS.
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