Silbö Telecom firma un acuerdo para el uso de la red de Vodafone España

Vodafone España ha llegado un acuerdo mayorista con Silbö Telecom para que esta operadora utilice su red para ofrecer servicios tanto de móvil como de fibra a sus clientes. El nuevo contrato es complementario con los que actualmente mantiene Silbö con otros operadores como Telefónica, MasOrange, Onivia y Adamo, que seguirán vigentes, informaron a este diario fuentes conocedoras del acuerdo.

En concreto, Silbö Telecom tendrá acceso a la red 5G de Vodafone, que alcanzará el 90% de la población y más de 3.700 municipios a finales de este año, y a su red 4G, que cubre la práctica totalidad de la población española. En telefonía móvil, funcionará como operador móvil virtual (OMV) completo (full service), es decir, que proporciona a sus clientes todos los servicios, incluyendo la numeración y la tarjeta SIM, aunque no disponga de red propia.

En el caso de la banda ancha fija, la red de Vodafone proporcionará a los abonados de su nuevo cliente mayorista acceso con fibra a más de 30 millones de unidades inmobiliarias, de las que 11 millones están en red propia.

Por el mismo acuerdo, Silbö ampliará su portfolio de servicios con las marcas Vodafone y Lowi en su canal de distribución tradicional, lo que le permitirá impulsar su oferta comercial y prestar nuevos servicios para los clientes. Además, este acuerdo abre la puerta a futuras colaboraciones entre las dos empresas, explorando nuevas oportunidades de negocio en áreas de interés común que refuercen su relación a largo plazo, según reza el comunicado de Vodafone. No obstante, el plazo de vigencia del acuerdo anunciado este lunes no ha sido revelado.

Silbö mantiene varios acuerdos mayoristas de alquiler de red. Con MasOrange firmó un contrato para sumar su red de fibra a la infraestructura que oferta dentro de sus paquetes de servicios con 18 millones de unidades inmobiliarias (hogares y empresas). Con Telefónica está vigente otro acuerdo para ofertar fibra y móvil que cubre 28 millones de unidades inmobiliarias. Y ha cerrado acuerdos similares con Onivia para ofertar fibra en 4 millones de hogares y con Adamo para comercializar fibra en 3 millones de unidades inmobiliarias. Además, tiene previsto firmar un acuerdo similar próximamente con Elantia.

Silbö, cuya marca ha trascendido al gran público por haberse convertido en patrocinador de la Selección Española de Fútbol masculina y femenina, cerró 2024 con 140.000 líneas (20.000 de fibra y el resto de móvil), que prevé aumentar a 240.000 en 2025 y a un millón en 2027, según reveló su consejero delegado, Jorge Morán. No obstante, la mayoría de estas líneas provienen de OpeFreë, la división mayorista de Silbö.

Acuerdo fallido con Finetwork

Por su parte, Vodafone prosigue su política de aumentar su cuota en el mercado mayorista con el alquiler de su red a operadores que no disponen de infraestructura propia. Esta es una de las líneas estratégicas que se marcó Zegona cuando adquirió la operadora en 2024 al grupo británico Vodafone y designó a José Miguel García como nuevo consejero delegado. En esa política, renovó el acuerdo mayorista on Finetwork en mayo de 2024, pero ese pacto por diez años ha derivado en un conflicto en los tribunales debido a los continuos impagos del operador alicantino, que suman más de 65 millones de euros.

Como adelantó este diario, Finetwork se acogió el preconcurso de acreedores a finales de mayo pasado con el fin de evitar los embargos y el corte de la señal por parte de Vodafone, lo que inhabilitaría el servicio para los 1,2 millones de líneas que posee el operador. Ambas partes disponen de un plazo de tres meses para negociar el importe de las deudas, con la posibilidad de ampliarlo a otros tres meses más en el supuesto de que no se alcance un acuerdo y se acuerde una prórroga, es decir, hasta finales de noviembre de este año.

El caso podría derivar en que Vodafone acabe tomando el control de Finetwork, según apuntan los expertos concursales, siguiendo el ejemplo reciente de Celsa. En septiembre de 2022, en el primer día de aplicación de la nueva ley concursal, los fondos acreedores de la siderúrgica catalana Celsa solicitaron al juzgado el canje de parte de la deuda por el capital de la compañía. Un año después, el juzgado otorgó la razón a los acreedores, que pasaron a tomar el control de la compañía quitándosela a la familia catalana Rubiralta, históricos propietarios de la firma, en el primer proceso de este tipo realizado en España.